DAVID MÉNDEZ
La consideración del arte por su poder regenerador, libertador, salvador, capaz de rescatar o emancipar al hombre de su entorno o de sí mismo tanto desde el punto de vista del creador como desde el punto de vista del espectador-observador, un arte con dones y cualidades redentivos «curativos».
Ana Brígida
La Galería García de Diego expone un nuevo proyecto, un proyecto colectivo bajo el título Naturaleza redentiva. Con este título quiere mostrar el trabajo de tres artistas con amplio registro creativo: Carmen Cólogan, David Méndez e Ilídio Candja Candja y hacer una sugerencia artística, la consideración del arte por su poder regenerador, libertador, salvador, capaz de rescatar o emancipar al hombre de su entorno o de sí mismo tanto desde el punto de vista del creador como desde el punto de vista del espectador-observador, un arte con dones y cualidades redentivos, “curativos”, capaz de provocar las más diversas reacciones y sensaciones. El Arte, si es bueno, y este lo es, y mucho, te sacude, te conmueve, te emociona, te lleva de viaje a lo más profundo y más humano que hay en uno mismo, te lleva, en fin, al lugar donde se tienen guardados los sentimientos. En esta ocasión es arte hecho pintura, con una temática común, la naturaleza, donde lo fundamental es la contemplación para el placer estético, la evasión o la reflexión.
DAVID MÉNDEZ, artista palmero, con un trabajo artístico en constante experimentación y reflexión, lo que le ha llevado a desarrollar su tesis doctoral. En su deambular por el complejo camino del arte, siempre ha tenido la certeza de que este es su camino, su obsesión, un sueño y una búsqueda de la realización personal.
A lo largo de su trayectoria artística, que en la actualidad cuenta con un nutrido número de exposiciones individuales y colectivas, más de quince premios y otros tantos trabajos expuestos en instituciones públicas y privadas, publicaciones etc., nos hemos encontrado, desde un primera etapa de obras geométricas con especial afición por la línea y los sólidos poliédricos hasta obras en el género clásico: paisajes, retratos y bodegones, con la intención de adquirir fundamento y experiencia artística, aunque su ruptura con las normas académicas se hacía ya evidente, pues se dirigía hacia la experimentación y la abstracción. Y la naturaleza el motive central de sus composiciones. Su recorrido ha sido como un juego en el que ha aprehendido y no desechado modelos y maestros, pero con el convencimiento de que se encuentra embarcado en un viaje personal.
Pero SÍ podemos llegar a decir que David hoy se comunica utilizando un lenguaje de acento expresionista, cargado de gestualidad y materia, de brumosos campos de color, capas de pigmento y texturas que parecen desfigurarse; representaciones de gran sensibilidad plástica, paisajes y escenas cotidianas que parecen expresar una trascendencia mítica; que su pincelada es firme y valiente y que la gestualidad de la mancha que origina veladas figuras, alcanza una notable cota de expresividad. Una obra ejecutada a golpe de mancha, colorido y emoción que nos induce al estado contemplativo, quizá porque contemplar estas pinturas nos hace que por una instante empaticemos con un mundo más sensible e improvisado, más imaginativo y cada vez menos prejuicioso, como es el mundo del arte.
CV> David Méndez